Vendedores de humo y compradores de fórmulas mágicas

Hace tiempo que percibo dos tendencias al alza:

1-los vendedores de humo, que prometen el oro y el moro, con fórmulas mágicas del tipo “en 5 pasos, en 10 sesiones, en un abrir y cerrar de ojos“, conseguirás tal cosa.

2-y los compradores de fórmulas mágicas, que quieren resolver de inmediato cualquier aspecto de su existencia que les resulte molesto, decepcionante, irritante, etcétera.

Queremos resolver immediatamente aspectos emocionales y afectivos que llevan, o bien años dándose, o bien que requieren de cierto tiempo para superarlos como contaba en una entrevista el psicólogo Andoni Anseán respecto al duelo o cualquier otra situación que vivir nos conlleve. Parece que nos estamos desacostumbrando a “aguantarnos el pipi” por decirlo de algún modo.

Recuperarse de una ruptura, de la pérdida de un trabajo o hacer el duelo por la muerte de un ser querido, son algunos de los ejemplos que da el psicólogo de lo que él llama la psiquiatrización de la vida: <<La psiquiatrización de la vida cotidiana significa que se patologizan procesos normales, como el duelo, las separaciones afectivas, las pérdidas de trabajo o las crisis económicas y, por tanto, puede medicalizarse a personas sanas, que están respondiendo de una manera natural a situaciones conflictivas propias del devenir de la vida. En otras palabras, es un proceso de medicalización de la vida en el que se corre el riesgo de psiquiatrizar la infelicidad.>>

Nos estamos convirtiendo en una sociedad blanda y complaciente, incapaz de tolerar y sostener los (inevitables) reveses, los imprevistos, las frustraciones, etc. Acudimos a pastillas para dormir, para levantarnos, para anestesiarnos de la vida. ¿Es así como queremos vivir? A lo Aldous Huxley: vivir en un mundo feliz a cada instante.

Por otro lado tenemos prisa, mucha prisa. No sé ver qué queremos alcanzar o a dónde queremos llegar, sólo sé que todo tiene que ocurrir ya, aquí y ahora y porque es mi deseo… como hacen los niños pequeños. La paciencia se está convirtiendo en una palabra del diccionario.

Y ante este panorama aparecen todo tipo de vendedores de humo prometiéndolo en un santiamén, complaciendo los oídos de posibles compradores. A menudo también encuentro personas que se han sentido estafadas y están muy enfadadas por haber comprado esas fórmulas magistrales en las que en un momento dado quisieron creer. ¿Se juntan el hambre y las ganas de comer? La responsabilidad obviamente es mutua.

Perdemos la cultura del esfuerzo, del insistir, del persistir, del proceso, de dar el tiempo para la maduración… Madurar es algo que requiere de equivocaciones, revisiones, reajustes. De tiempo.

Cualquiera que tenga, por ejemplo, un pequeño huertito sabe que tiene que dedicarle esfuerzos y tiempo. Esos deliciosos tomates cherry de tu ensalada no brotaron en cuanto la semilla tocó la tierra.

 

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