Durante tiempo fui de las personas que de vez en cuando había pronunciado esta frase: la vida te está dando una señal. Con los años, me he ido cuestionando ésta y otras frases que utilizamos y que en mi opinión hacen mucho daño. Por ejemplo, la de vigila lo que deseas porque el universo conspira a tu favor. Ésta última parece una invitación a tomar un avión, instalarte en las Seychelles, beber martinis o lo que sea, y esperar a que el universo te conceda tus deseos porque los deseas muy mucho. Pongamos que los 7 mil millones de habitantes del planeta Tierra nos ponemos a hacer todos lo mismo. Además de no caber en las Seychelles ni haber suficientes martinis, ¿qué ocurre si hay deseos contradictorios? ¿Qué va a hacer el Universo?
Otras frases tienen que ver con la ley de la atracción. Supuestamente, si tienes un actitud positiva y abierta, vas a atraer cosas buenas. Y, por lo contrario, si no tienes una buena actitud, positiva con la vida, se te van a cerrar las puertas. Es obvio que la actitud de uno puede favorecer o no el ambiente. A nadie le gusta estar al lado de una persona gruñona o quejica todo el tiempo. Sin embargo, conozco grandes personas, generosas, alegres, con actitudes positivas y proactivas, que les han pasado situaciones -y lo voy a decir sin maquillaje- de mierda. ¿Los malogrados que subieron al avión de Germanwings que el piloto Andreas Lubitz parece que estalló a propósito en Los Alpes… estaban todos con una actitud de mierda atrayendo su muerte?
Algo parecido ocurre con lo de la vida te está dando una señal o está tratando de decirte esto o aquello. De repente en mi imaginación la vida se convierte en un ente, tipo el monolito de 2001 odisea en el espacio, con la capacidad sorprendente de comunicarse. Y nosotros parecemos unos tontorrones que no entendemos lo que nos dice.
No siento que la vida me hable o intente señalarme aspectos de mi vida que no funcionan y que debería repensar.
No, la vida es algo inefable, misterioso e inexplicable que me ocurre, que no he pedido, y estar viva implica estar expuesta a que me ocurra de todo. Eso incluye que seas una gran persona y te ocurran experiencias horrorosas. O que seas un estúpido al que le van bien las cosas.
Pero la vida no intenta enviarte un mensaje subliminal que si desoyes te va a llevar por mal camino. A mi entender se trata más bien de responsabilizarme de la parte que me toca sin obviar que hay un contexto que tiene su peso. Además de estar expuestos a vivir cualquier situación, los humanos somos seres sociales que interaccionamos los unos con los otros. Influimos y somos influenciados. Y a veces nos tratamos mal los unos a los otros. O esperamos que los otros nos resuelvan la papeleta. O nos quejamos de lo que nos ocurre constantemente pero no hacemos nada. En las Españas esto último es bastante habitual. O elegimos mal y eso trae consecuencias.
Lo único que puedo hacer es responsabilizarme de mis errores, tomar nota, pedir perdón y tener en cuenta a los que me rodean. Puedo cuestionarme si estoy viviendo la vida que quiero y, si no, intentar llevar a cabo mis deseos, darme oportunidades, sin esperar ayudas universales. Lo único que puedo hacer es intentar dar lo mejor de mi y habrá días que ese mejor es poquito. A veces, me vendrán experiencias de mierda, y no serán culpa mía. O quizás algunas sí. Quizás me tocará una enfermedad chunga o vivir una guerra… y lo único que podré hacer es sostenerlo. Y un día, igual que llegué al videojuedo Vida, me iré de él.
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